lunes, 26 de noviembre de 2012

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domingo, 18 de noviembre de 2012

Una joven fue asesinada por su ex marido en Rosario

[ NOTICIA: Una joven fue asesinada por su ex marido en Rosario ]

La víctima recibió un balazo en el pecho, cuando discutía con su ex pareja. Ya lo había denunciado por agresiones.

Una joven de 27 años fue asesinada por su ex marido cuando discutía en su casa de Rosario. Tras el ataque, el hombre escapó y esta mañana era buscado por la policía.

El hecho ocurrió anoche, en la casa de Alejandra Vanesa Chávez (27), ubicada en Molina al 2700 de la ciudad de Rosario. Según informaron fuentes policiales,  cuando la joven discutía con su ex marido –de quien se había separado meses atrás-  recibió un disparo en el pecho.

La mujer quedó herida de gravedad y fue trasladada de urgencia al Hospital Eva Perón de la ciudad de Granadero Baigorría, donde murió esta madrugada. Su ex pareja huyó tras el ataque. Esta mañana era intensamente buscado por la policía.

Fuentes policiales señalaron a la agencia DyN que Vanesa  había denunciado a su ex marido por  agresiones. El caso es investigado por policías de la comisaría 30a. y de la Brigada de Investigaciones de la Policía de Santa Fe.


[ VIDEO: Youtube ]





[ ANALISIS: Crítica hecha por Yamila Corio ]

Los números sobre la violencia contra la mujer son alarmantes en la actualidad, cuando muchas de ellas son asesinadas por quienes la han llevado al altar y dicen amarlas para siempre.

Lo lamentable de esos casos es que por preservar sus familias, el silencio se vuelve cómplice de las agredidas, las mujeres fingen una vida feliz, pero quienes son testigos de estas tristes escenas son los hijos.

Las cicatrices son imborrables en los cuerpos de estas mujeres, pero la mayoría coincide en que denunciar a los maltratadores puede salvar la vida de ellas y el hogar.


[ ENLACE: Diario Clarín ]

RECIBI FLORES HOY -Mariano Osorio Maltrato a la mujer

lunes, 12 de noviembre de 2012

Violencia contra la mujer

Alguna vez te sentiste agredido o violentado o sentiste que atentaban contra tu integridad física y emocional y psicológica, queremos que sepas que no sos el único en padecer estas situaciones.
No te calles tu vida es primero no te dejes dominar por el miedo.
En este Blog veremos las distintas situaciones por las que pasan las personas agredidas y como puede terminar su historia, no seas una de ellas.



Cómo detectar la violencia psicológica:

La violencia psicológica es: la amenaza suspendida sobre la cabeza de la víctima, que no sabe qué clase de violencia va a recibir. La violencia física produce un traumatismo, una lesión u otro daño y lo produce inmediatamente. La violencia psicológica, vaya o no acompañada de violencia física, actúa en el tiempo. Es un daño que se va acentuando y consolidando en el tiempo. Cuanto más tiempo persista, mayor y más sólido será el daño.

· Puede ser intencionada o no intencionada. Es decir, el agresor puede tener conciencia de que está haciendo daño a su víctima o no tenerla. Eso es desde el punto de vista psicológico. Desde el punto de vista jurídico, tiene que existir la intención del agresor de dañar a su víctima.
Para que el maltrato psicológico se produzca, es preciso, por tanto, tiempo. Tiempo en el que el verdugo asedie, maltrate o manipule a su víctima y llegue a producirle la lesión psicológica. Esa lesión, sea cual sea su manifestación, es debida al desgaste. La violencia, el maltrato, el acoso, la manipulación producen un desgaste en la víctima que la deja incapacitada para defenderse.
La violencia psicológica tiene mil caras. Algunas son obvias, otras, prácticamente imposibles de determinar como tales. Pero todas las formas de maltrato y acoso psicológico dejan su secuela.
Tiene dos facetas que pueden llamarse maltrato pasivo y maltrato activo. 

· El maltrato pasivo es la falta de atención hacia la víctima, cuando ésta depende del agresor, como sucede con los niños, los ancianos y los discapacitados o cualquier situación de dependencia de la víctima respecto al agresor. 

Hay una forma importante de maltrato pasivo, que es el abandono emocional. Ancianos, menores o discapacitados abandonados por sus familias en instituciones que cuidan de ellos, pero que jamás reciben una visita, una llamada o una caricia. 
Víctimas de abandono emocional son los niños que no reciben afecto o atención de sus padres, los niños que no tienen cabida en las vidas de los adultos y cuyas expresiones emocionales de risa o llanto no reciben respuesta. Son formas de maltrato no reconocido. 

· El maltrato activo es un trato degradante continuado que ataca a la dignidad de la persona. Los malos tratos emocionales son los más difíciles de detectar, porque la víctima muchas veces no llega a tomar conciencia de que lo es. Otras veces toma conciencia, pero no se atreve o no puede defenderse y no llega a comunicar su situación o a pedir ayuda.

Es una forma de violencia que se ejerce sobre una persona, con una estrategia, una metodología y un objetivo, para conseguir el derrumbamiento y la destrucción moral de la víctima. Acosar psicológicamente a una persona es perseguirla con críticas, amenazas, injurias, calumnias y acciones que pongan cerco a la actividad de esa persona, de forma que socaven su seguridad, su autoafirmación y su autoestima e introduzcan en su mente malestar, preocupación, angustia, inseguridad, duda y culpabilidad.

Para poder hablar de acoso tiene que haber un continuo y una estrategia de violencia psicológica encaminados a lograr que la víctima caiga en un estado de desesperación, malestar, desorientación y depresión, para que abandone el ejercicio de un derecho. Hay que poner de relieve que una de las estrategias del acosador es hacer que la víctima se crea culpable de la situación y, por supuesto, que así lo crean todos los posibles testigos.
La segunda condición imprescindible para que se produzca el acoso moral es la complicidad implícita o el consentimiento del resto del grupo, que, o bien colaboran, o bien son testigos silenciosos de la injusticia, pero callan por temor a represalias, por satisfacción íntima o simplemente por egoísmo: "mientras no me toque a mí".
En muchas ocasiones, la víctima apenas tiene conciencia de que lo es y ni siquiera es capaz de verbalizar lo que está sucediendo. Solamente percibe una sensación desagradable, insuficiente para ella como para calificar el caso de acoso.

El acoso psicológico tiene dos formas según la relación víctima-verdugo:

· Acoso vertical. El acosador se halla en una posición de poder superior a la de su víctima, ya se trate de poder social, económico, laboral, jerárquico, etc. Se trata de una situación en la que el acosador es superior al acosado, como un jefe, un patrono, un profesor, un mando del ejército, etc..

· Acoso horizontal. El acosador se halla en la misma posición de poder que su víctima y se trata de acoso entre iguales. Es una situación en que el acosador se vale de su fuerza física o moral para hostigar a otra persona de su mismo nivel jerárquico o social, con la aquiescencia del entorno, como el matón del barrio, un compañero del colegio o del trabajo, etc. 
· El acoso laboral consiste en desgastar a la víctima para que se autoelimine. Es una forma de acoso vertical, de arriba abajo. El agresor actúa con mayor maldad y es más artero que el matón, porque se mueve en la sombra, con disimulo, y con el objetivo de eliminar a una víctima que no es cualquiera, sino alguien elegido con atención, porque estorba a sus planes, le hace sombra o, de alguna manera, perturba su quehacer. Su acción es, por tanto, mucho más premeditada y cruel que la del matón, que solamente busca liderazgo. 
La intimidación se da en estas condiciones:

· Que exista una víctima indefensa que reciba la violencia del matón, en una relación de poder y fuerza de arriba abajo, es decir, que el agresor tenga más fuerza física o mando, aunque se trate de compañeros · Que la agresión sea verbal, física o psicológica. Pueden existir también amenazas y chantajes. Ya sabemos que siempre surgen problemas, que todos hemos de hacernos un lugar en la sociedad a base de discusiones, tropezones, zancadillas y luchas y que el colegio no es más que un reflejo de la sociedad,
La manipulación mental 

Esta forma de violencia supone el desconocimiento del valor de la víctima como ser humano, en lo que concierne a su libertad, a su autonomía, a su derecho a tomar decisiones propias acerca de su propia vida y de sus propios valores. La manipulación mental puede comprender el chantaje afectivo. 

En la manipulación se da una relación asimétrica entre dos o más personas. Es asimétrica porque una da y la otra recibe, una gana y la otra pierde. Las tácticas de manipulación incluyen amenazas y críticas, que generan miedo, la culpa o vergüenza encaminados a movilizar a la víctima en la dirección que desea el manipulador.

Cuando somos la víctima

Desde la posición de víctima, a veces es difícil detectar el padecimiento de violencia psicológica, porque en estas situaciones a menudo desarrollamos mecanismos psicológicos que ocultan la realidad cuando resulta excesivamente desagradable.

Nuestros mecanismos de defensa tienen la finalidad de preservarnos de la angustia y el hecho de aceptar que somos víctimas de una situación reiterada de maltrato psicológico, probablemente por parte de una persona a quien estimamos, supone una enorme carga de angustia que no es fácil digerir.

Por eso nuestro psiquismo nos ofrece todos esos psicodinamismos, para que echemos mano de ellos y nos defendamos de la angustia, negando la situación en que nos encontramos. Así aprendemos a negar y a intelectualizar la violencia de la que somos víctimas. Buscamos justificación para la actitud del agresor, para la actitud de quienes admiten o colaboran con su violencia.
Otras veces recurrimos a un mecanismo mucho más nocivo que la negación o la intelectualización. Y otras veces recurrimos a culparnos de lo que sucedes y buscamos en nuestras actitudes pasadas y presentes el motivo del maltrato. Recorremos una a una nuestras palabras, nuestros gestos, nuestras acciones y nuestros resultados, para localizar la causa de la violencia que, según entendemos, hemos provocado.

· Si das vueltas a situaciones incomprensibles que te producen padecimiento o malestar, intentando averiguar el porqué, no tengas duda de que eres una víctima de la violencia psicológica. 

· Si sufres en silencio una situación dolorosa y esperas que las cosas se solucionen por sí mismas, que tu verdugo o verdugos depongan espontáneamente su actitud, que alguien acuda en tu ayuda porque se dé cuenta de tu situación, no te quepa ninguna duda de que eres una víctima de la violencia psicológica. 

· Si te sorprendes a ti mismo haciendo algo que no quieres hacer o que va contra tus principios o que te repugna, considera que eres víctima de manipulación mental, que es una forma de violencia psicológica. 

· Si te sorprendes haciendo algo que no quieres y te sientes incapaz de negarte a hacerlo, intelectualizando y justificando de mil maneras tu sometimiento, no lo dudes, eres una víctima de la violencia psicológica. 
· Si has llegado a la conclusión de que la situación dolorosa que sufres no tiene solución porque te lo mereces, porque te lo has buscado, porque las cosas son así y no se pueden cambiar, porque no se puede hacer nada, porque es irremediable, no lo dudes ni un solo instante, eres una víctima de la violencia psicológica.

· Y si te sientes mal frente a una persona, si te produce malestar, inseguridad, miedo, emociones intensas injustificadas, un apego o un afecto que no tiene justificación, una ternura que se contradice con la realidad de esa persona, si te sientes poca cosa, inútil, indefenso o tonto delante de esa persona, ya has identificado a tu agresor. Ahora que lo sabes, sabe también que tienes que actuar. Y que no estas solo. Que has dado los primeros pasos al tomar conciencia de tu situación y al identificar la agresión de que eres objeto y la persona del agresor o agresores, 
que el siguiente paso es pedir ayuda.

Cuando las víctimas son niños, ancianos o discapacitados

Detectar la violencia psicológica que sufren los niños y los ancianos es bastante más complicado porque suelen ocultarlo por temor a represalias o bien no tienen capacidad de expresión para explicar lo que les sucede. 

Pero, en las personas dependientes, como los niños, los discapacitados y los ancianos, la violencia psicológica deja síntomas específicos. Si el maltrato consiste en negligencia, es decir, falta de atención a las necesidades de la víctima, los síntomas pueden ser desnutrición, deshidratación o falta de higiene; si el maltrato consiste en amenazas, burlas o humillaciones, los síntomas son llanto, insomnio, confusión, pasividad o agitación extrema, huida del contacto visual, temor y ansiedad.

Cuando los niños o los ancianos se quejan de los malos tratos que reciben en una institución, siempre hay que investigar. A veces, tanto los unos como los otros se quejan de que no les dan de comer, de que no les quieren o de que les humillan. 



Las situaciones familiares, sociales, laborales, en que se produce la agresión insospechada pasan de largo para los observadores, porque son tan sutiles o tan habituales que no llaman la atención. En cuanto a la persona que las sufre, ni siquiera llega a considerarse una víctima, sino que se acostumbra a esa situación como a algo normal. Tal sucede, por ejemplo, con las amas de casa que trabajan, además, fuera. Toda la familia entiende que la madre es responsable de la ropa de los demás, de la limpieza de la casa, de la compra, de la comida y de mil detalles. Y lo toman como algo natural, empezando por la propia ama de casa, que sacrifica todos los momentos de su vida para satisfacer las demandas y exigencias de su familia. Los demás se arrogan el derecho a increparla, a exigirle y a verla afanarse sin descanso dentro y fuera del hogar. Es una situación clara de violencia psicológica de género de la que casi nadie toma conciencia.
Hay una larga lista de preguntas que podemos plantearnos. A veces somos conscientes de la hostilidad que sentimos hacia una persona, pero no del maltrato que le estamos infligiendo. Sentir hostilidad, rabia, envidia o rencor contra otros es casi siempre irremediable, porque las emociones no se someten al raciocinio. Lo que sí se puede someter al control de la razón son nuestras acciones.


Ana Martos Rubio
Psicóloga
Concientizar a la víctima

Una vez que se ha detectado un caso de violencia psicológica, lo primero que hay que hacer es concientizar a la víctima para que llegue a darse cuenta de que su situación no es normal ni tiene la culpa ni se lo ha buscado.

De alguna manera, la verdad suele hacerse camino por entre las barreras que levantan los mecanismos de defensa y la víctima puede llegar a asumir su situación siempre y cuando se le asegure que su supervivencia no corre peligro. Los psicodinamismos que la víctima desarrolla para negar su situación tienen el objetivo de proteger su supervivencia y librarla de la angustia.

Por tanto, la única forma de que la víctima llegue a tomar conciencia de lo que le está sucediendo y acepte que su verdugo la está maltratando y que ella se está sometiendo por terror y no por amor o necesidad, es garantizarle de alguna manera que su situación tiene remedio y que la toma de conciencia es el primer paso hacia la liberación. Y que ésta es factible. Porque después de la toma de conciencia, viene el segundo paso que es la identificación del agresor y de la agresión. Y luego el tercero que es la búsqueda de ayuda profesional, tanto psicológica como jurídica. La primera le devolverá la fortaleza que ha perdido y la conducirá de nuevo a la realidad y la segunda la ayudará a denunciar su situación y a defenderse de su agresor.


martes, 6 de noviembre de 2012

Violencia hacia el hombre

La mayoría de los incidentes de violencia intrafamiliar están registrados de los hombres hacia las mujeres, debido a que la mayoría de los hombres reaccionan permaneciendo en silencio. Este silencio es animado a menudo por factores tales como el miedo al ridículo, o a la reacción violenta de su mujer. Incluso, cuando un hombre ha probado que él es la víctima, parece que la línea de conducta que le queda es solamente salir del hogar. Esto implica separarse de sus hijos y experimentar a menudo la dificultad para mantener un contacto regular con ellos.

La lucha con los mitos
Cuando la mujer es la violenta, la sociedad proporciona una lista de excusas, por ejemplo: Que tiene depresión, stress, desórdenes de la personalidad, le llegó la menopausia, es por el síndrome pre-menstrual y está en sus días, traumas de la niñez, la provocación, la autodefensa, etc.. Sin embargo, a los hombres también les afectan muchos de estos problemas.
Cuando una mujer es violenta y abusiva con su cónyuge, no se asume necesariamente que ella es una mala madre. Si un hombre es violento hacia su mujer, se asume automáticamente que él es un mal padre. La ley presume que los niños siempre estarán mejor junto a su madre. Por lo tanto, las únicas opciones para los hombres es tolerar el abuso de la violencia o irse de casa.

¿Cómo hacen frente los hombres?
Los hombres con cónyuges abusivas emplean varios métodos para procurar no difundir sus situaciones potencialmente violentas, como por ejemplo buscar un empleo lejos del hogar, ir donde los familiares o donde los amigos, pero sin decir a nadie la verdadera razón de por qué duerme apartado, o donde pueda encontrar protección.
Él promete hacer lo que ella le exige, confirma la responsabilidad de toda clase de acusaciones falsas para cubrir las apariencias de su mujer violenta. Éstas son algunas de las táctica de supervivencia, pero no pararán los ataques. Sin embargo, la mayoría de los hombres harán el esfuerzo en la esperanza inútil de parar los abusos de violencia.

¿Cómo reacciona la sociedad?
Los hombres víctimas de sus mujeres, no se atreven a decirle a ninguno de los miembros de su familia la situación por la que está pasando, y da las explicaciones más increíbles de sus lesiones, incluso cuando los atienden en los hospitales o el médico en la consulta privada. Temen la humillación. Y es que cuando un hombre señala los incidentes del abuso y la violencia, la gente responde con la discriminación, la incredulidad o la broma. Los comentarios son tales como, por ejemplo:
- "Usted debe haberle hecho algo muy malo a su esposa para merecer esto..."
- "¿Por qué no le demuestra quién manda y lleva los pantalones en casa?"
La sociedad parece que quisiera que estos hombres se fueran de sus propios hogares porque no hay una solución simple a sus problemas de violencia. Aún no se concibe socialmente que la violencia en la pareja pueda ser ejercida por la mujer, fundamentalmente porque la violencia en la pareja les afecta mayoritariamente a ellas, pero cada día aumentan los casos de violencia hacia el hombre.
La fuerte incidencia del factor patriarcal marca las diferentes posiciones de los hombres para abordar el tema del ya mencionado nuevo "machismo light", que evidencia un notorio paso en la evolución del rol masculino que acepta de cierta manera la participación de la mujer cada vez en la sociedad como tarea igualitaria. En este sentido se comparte la afirmación de la escritora Carmen Llera (Olave, D., Revista de Mujer a Mujer) "... ambos sexos están tambaleando, están cansados, y desgastados de relaciones afectivas inestables. Sólo juntos y unidos podremos hacer algo…"



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